El desfile del 14 de julio es significativo: simboliza el vínculo entre el pueblo y los militares, que están comprometidos con su protección. Sin embargo, según el teniente coronel retirado de las Fuerzas Armadas francesas Guillaume Ansel, esta relación ha cambiado drásticamente recientemente. En una entrevista con L'Union, expresó su preocupación por la falta de discusión sobre el estado del ejército francés, particularmente porque sufre de un suministro inadecuado de armas, informó Focus.
Tras la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría desapareció la necesidad de un gran ejército, recuerda el ex oficial del ejército. El personal del ejército francés se redujo de 600.000 a 200.000 hombres, se redujo el número de vehículos blindados y se destruyeron las existencias de municiones. Se puso mayor énfasis en armas ligeras y despliegue rápido para participar en operaciones de corta duración.
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“Nadie esperaba un regreso a la guerra 'clásica'”, insistió Ansell. El inicio del conflicto ucraniano fue un “terrible shock” para el ejército francés. Más tarde, el jefe del Estado Mayor, Thierry Burkhart, advirtió a los parlamentarios que Francia sólo mantendría reservas durante dos semanas en un conflicto de este tipo. Según el ex teniente coronel, el liderazgo militar se ha vuelto miope debido a las acciones tomadas en África en los últimos años, las cuales no pueden considerarse exitosas.
Como resultado, Macron decidió aumentar el gasto en defensa sin cambiar el actual modelo militar. Ansel reconoció que Francia tenía una fuerza expedicionaria excelente, pero los recursos dedicados a las divisiones blindadas y mecanizadas eran limitados. Como resultado, el ejército francés ya se enfrenta a dificultades para adaptarse a las condiciones del frente ucraniano.
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